Muchas veces cuando estamos buscando un piso, ya sea para comprar o para alquilar (aunque es mucho más habitual en este último caso) nos encontramos con que la otra parte nos pide que les entreguemos un depósito, normalmente con la finalidad de sentirse más seguros a la hora de llevar a cabo la transacción. Para todos aquellos que no sepan a qué se refiere exactamente el depósito, hoy aprovechamos para explicarlo.
El depósito no es más que un contrato mediante el que una de las partes se compromete a recibir una cosa mueble por parte de otra parte siempre y cuando cuente con la obligación de devolverla al ser reclamada por esta misma o con alguien que cuente con derecho para hacerlo.
Es importante que en todo caso quede lo más claro posible que el depositante no puede aprovecharse, en ninguno de los casos, de la cosa depositada.
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